Disincronías
Esta característica hace referencia a un desarrollo no homogéneo de las áreas social, cognitiva, psicomotora y afectiva que a menudo está presente en el alumnado con altas capacidades. Los niños y niñas con alta capacidad intelectual suelen presentar un desarrollo cognitivo acelerado, mientras que su desarrollo físico, social, psicomotor y afectivo sigue un curso normal. Este hecho es el que produce las disincronías.
Según la psicóloga especializada en superdotación, Linda Silverman esta circunstancia puede hacerles sentirse diferentes a sus iguales y generar dificultades en su identificación con otros niños o niñas.
Para el psicólogo francés Jean Terrassier, existen dos tipos de disincronías, una relacionada con aspectos del desarrollo individual, la disincronía interna, que se refiere al desarrollo no homogéneo entre la capacidad cognitiva y el lenguaje, la psicomotora y la emocional. Y otra relacionada con aspectos de su inserción social, la disincronía social, que hace referencia a la discrepancia entre el niño o la niña y la escuela, la familia o las amistades. A continuación vamos a verlo con mayor detalle:
- DISINCRONÍA INTERNA:
- Respecto al colegio: es la disincronía más importante, el desfase entre la rapidez del desarrollo mental del niño o la niña y la velocidad media de desarrollo por la que se rige el sistema educativo. Así, este alumnado presenta dificultad en su desarrollo, dificultades de relación y dificultades de identificación con sus compañeros y compañeras. Es como si a un niño o niña con una inteligencia normal le obligáramos a pasar toda su vida escolar en un colegio para niñas y niños con retraso y dificultades de aprendizaje. Estos niños y niñas ven que sus aptitudes no son valoradas, exigidas, utilizadas ni desarrolladas. Esta circunstancia hace que en algunos alumnos o alumnas se genere distracción en el aula para defenderse del aburrimiento generado por un ambiente poco estimulante. Así, el sistema escolar les pide que se contenten con un saber mínimo que decepciona su curiosidad y que les enseña que la escuela no busca ni merece su esfuerzo. Esta circunstancia, muchas veces, está detrás del fracaso escolar de este tipo de alumnado.
- Respecto a la familia: suele ser difícil para algunos padres y madres mantener un diálogo con sus hijas o hijos que se corresponda a sus capacidades intelectuales y a la vez a su nivel de evolución afectiva. El hecho de no comprender a la hija o hijo es muy perjudicial, aunque es mucho peor que la niña o niño comprendan que su madre o padre no pueden comprenderles. Esto les puede generar cierto sentimiento de culpabilidad y que prefieran renunciar a ser brillantes.
- Respecto a sus congéneres: la disincronía entre la edad mental y la edad real implica que estas niñas y niños no encontrarán en compañeros y compañeras de su edad una compañía intelectualmente interesante ni estimulante. Por otra parte, en algunos casos, pueden sentirse con cierta incomodidad en compañía de niños o niñas mayores. Lo más positivo para este tipo de alumnado es poder entablar relaciones con otras niñas y niños con alta capacidad ya que esto les permite aceptarse mejor. También suelen buscar el diálogo con personas adultas y, a veces, refugiarse en los libros que les permiten ir a su propio ritmo y les ofrecen la oportunidad de profundizar en los temas de su interés.